Ad portas de un nuevo mensaje presidencial, es momento de retomar las convicciones y la tareas pendientes, y principalmente reforzar el trabajo de pedagogía política, para que la gente pueda entender el sentido de los cambios que se están haciendo. Las expectativas sobre esta cuenta, por cierto que son variadas, pero, a su vez, muy significativas. Este mensaje debe dar cuenta del real avance de las reformas que estamos impulsando, como la reforma tributaria, y cómo, de alguna u otra manera están llegando los recursos para hacer las transformaciones que el país requiere. También se debe dar cuenta del estado de la reforma educacional, y cómo va la agenda que permitirá una educación de calidad, gratuita y de excelencia en todos los niveles, estableciendo plazos para cada una de las metas planteadas.
La instalación del tema de la transparencia, la probidad y la ética en los negocios, la política y el quehacer ciudadano, también se ha convertido en un hecho fundamental, por lo que espero que Michelle Bachelet pueda dar cuenta con claridad que la agenda que ha planteado va a ser una realidad, y en ese sentido, está el compromiso de contar con el Congreso para sacar adelante todas y cada una de esas modificaciones, porque la ética y la transparencia son valores fundamentales y tareas nacionales. En este mensaje también es fundamental que la Presidenta pueda dar señales de cómo se consolida el crecimiento económico del país. Creo que el cambio de gabinete apuntó a que cómo, un nuevo ministro de Hacienda, puede generar grados de confianza en el mundo empresarial, para que vuelvan a mirar a Chile como un país estable para sus inversiones, con mayores espacios, para que todos puedan ser beneficiarios de ese crecimiento.
Este segundo tiempo debe reforzar el compromiso que el gobierno tiene de terminar con los abusos, de ser un país más justo, más igualitario, porque los chilenos se han cansado de los abusos. Y esto, qué duda cabe, va de la mano de un nuevo proceso constituyente, nacido en democracia y con participación, donde la relación entre el Estado y los ciudadanos se redefina sobre la base de un Estado social y democrático, donde haya derechos sociales y económicos garantizados.
Estos son los desafíos que el país debe abordar para enfrentar la desigualdad y construir una sociedad más justa y transparente, para lo cual el Gobierno debe volver a manejar la agenda pública.
Patricio Vallespín López.