Dos diques en río Queche amenazan nuevamente a la zona de El Varal
frente de mal tiempo. A toda máquina, trabajan para despejar el cauce que se desbordó el sábado destruyendo la escuela que albergaba a 19 niños de la Carretera Austral.
ltoledom@diariollanquihue.cl
Una tarea contra el tiempo, es la que realizan 60 trabajadores de la Constructora Recondo. Apoyados con seis excavadoras, trabajan para volver a canalizar el río Queche en el kilómetro 75 de la Carretera Austral, cauce que se desbordó el sábado destruyendo la recién construida escuela de El Varal.
Y es que tras recuperar la conectividad, en este punto de la Ruta 7 hacia Hornopirén, el regreso de las intensas lluvias la tarde de ayer, hizo que la preocupación se centrara por dos diques ubicados río arriba. A sólo un kilómetro del puente, árboles de gran tamaño bloqueados por una roca, impiden la total circulación de las aguas como una verdadera represa. "Estamos trabajando con maquinaria para despejar los árboles y canalizar el río, arriba hay dos tranques más; por ello, es fundamental que el río recupere su capacidad de evacuar el agua. Este trabajo se dificulta con las lluvias que han hecho que el nivel de cauce suba", dijo a El Llanquihue Juan Ojeda, capataz de los trabajos que realiza la constructora Recondo.
Gustavo Vilugrón, operador de excavadora, explicó que "ya vimos el tranque, estamos trabajando en despejar los árboles río arriba, para poder llegar al tranque y despejarlo; esa es la instrucción luego que profesionales de la constructora y de la Dirección de Obras Hidráulicas analizaran la situación. Más arriba hay otro dique, pero es más difícil llegar; por ello trabajamos a toda máquina porque viene más lluvia".
Sin electricidad
El recuperar la energía eléctrica era otra labor intensa. El aluvión del sábado derribó los postes del tendido de media tensión, dificultando aún más el suministro de electricidad, el que está cortado desde la medianoche del viernes.
"Estamos reinstalando la línea, que colapsó con el aluvión; para ello trabajamos ocho personas con dos camiones y una retroexcavadora", precisó Ramón Muñoz, capataz de la empresa Codesur, contratista de la distribuidora Saesa.
Precisamente, las críticas de los pobladores apuntaban a la demora en la reposición de la electricidad.
"La respuesta de los equipos de emergencia ha sido lenta. Si esto hubiese pasado en Santiago, ya habrían solucionado el problema. Llevamos cinco días sin luz, tampoco tenemos agua potable en Hualaihué Puerto, que es el sector donde vivo y al que se accede desde el cruce El Varal. Incluso antes del aluvión ya estaba cortada la luz, necesitamos más agilidad de las autoridades, en especial porque somos una zona extrema", dijo Juan Vargas, quien sí reconoció la rápida habilitación del camino.
Efecto en los campos
Lucerina Molina, vecina del sector Varal, precisó que junto con la falta de energía, el principal problema del sector es la carencia de forraje para los animales.
"El alud dejó inutilizables los campos de pastoreo para los vacunos y las ovejas, los cubrió de lodo, arena y troncos de árboles, impidiendo que el ganado pueda pastar libremente. Esto es un grave daño para las familias de nuestro sector, que viven de una agricultura de subsistencia", expuso.
La afectada sostuvo que las autoridades aún no han llegado a evaluar los efectos que tuvo el desborde del río Queche, que afecta a una decena de familias de la Carretera Austral. "La crecida del río pasó a metros de nuestras casas, destruyendo los caminos vecinales y los cercos de nuestros predios. Afortunadamente, el aluvión no se llevó ningún animal, pero es urgente que el Ministerio de Agricultura llegué hasta aquí con algún tipo de ayuda", sostuvo la pobladora.
Abraham Molina reside hace más de 80 años en El Varal, vio entre otros avances cómo su comunidad quedó conectada al resto del país con la Carretera Austral.
La tarde del sábado quedó sorprendido cómo el agua atravesó su campo a escasos 20 metros de su vivienda. "Nunca había pasado algo así, se habían registrado crecidas de ríos, pero nunca un alud había descendido de la cordillera con tanta violencia. Tras larga sequía del verano, las lluvias llegaron de forma intensa, lo que hizo que los ríos subieran su nivel rápidamente arrastrando gran cantidad de árboles que ya se habían depositado en su caudal. En la carretera el puente se convirtió en un dique tras un aluvión, generando el violento desborde", relató.