Si los escollos, incluso de índole extradeportiva, en esta temporada enfrentados y superados por Deportes Puerto Montt -con tan admirable profesionalismo, espíritu de sacrificio, dedicación, prudencia y entrega en el gran anhelo de honrar a los puertomontinos con el ascenso de categoría-, si ese indomable temple luchador hace justicia a esta ejemplar cruzada futbolística, Puertogol merece salir airoso en la gran finalísima de hoy en Chinquihue ante San Antonio y con ello conquistar la soñada incorporación en la Primera B del balompié rentado nacional y pensando ya en abocarse al nuevo desafío por retornar a la palestra de los grandes del fútbol chileno.
En 1996, la albiverde institución hizo realidad el eterno sueño de subir a Primera División; pero, en 2001, supo de la amargura de descender, aunque un año después, en 2002, volvía a la serie de honor, al consagrarse campeón de la B, siendo éste su primer título. Sin embargo, en 2007, caía de nuevo en el ascenso, donde no ha cesado de dar una larga batalla por ganarse un sitial más estable en el ámbito de privilegio del fútbol chileno.
Deportes Puerto Montt llega a esta súper final del ascenso en una fecha muy especial: la víspera de su cumpleaños número 31, puesto que mañana 6 de mayo es la fecha de su fundación en 1983. Un suceso que -junto a la convicción ganadora del plantel porteño- es un singular motivo más para que los muchachos de la escuadra local -apoyados con fervor por su hinchada- redoblen esfuerzos e impongan su calidad en el bastión chinquihuano, brindándoles -como lo ansían- una reconfortadora alegría a porteños y sureños, sobre todo en medio del episodio de angustiosos embates volcánicos.
Teniendo como protagonistas de esta magna definición a dos justos finalistas -Puerto Montt y San Antonio Unido-, como anfitriones del duelo, los porteños que seguramente repletarán el estadio tienen también la responsabilidad de acompañar y alentar con entusiasmo a su equipo; pero, siempre, respetando al rival y manteniendo la compostura de un digno y correcto dueño de casa.
¡Vamos, Puerto-Puerto! Que este sea el mejor cumpleaños del club, con el selecto regalo de una resonante victoria y el anhelado ascenso.