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Más antecedentes sobre el copiloto que habría causado el siniestro del avión de Germanwings surgen a cinco días de la tragedia. Según informó ayer el diario alemán Bild, el piloto de la aeronave pidió desde fuera de la cabina a gritos a Andreas Lubitz que abriera "la maldita puerta", mientras intentaba derribarla, según se desprendió de las grabaciones de una de las cajas negras encontradas.
El medio además informó que todo indica que cuando el copiloto supuestamente ya había accionado el sistema de descenso, y los controladores aéreos franceses habían tratado a las 10.32 horas de contactar sin éxito con el avión, la grabación registra la señal de alarma automática por pérdida de altura.
Inmediatamente después en la grabación se escucha un fuerte golpe, como si alguien intentara abrir de una patada la puerta de la cabina, y la voz del capitán, Patrick Sondenheimer, que grita: "¡Por el amor de Dios, abre la puerta!", mientras en un segundo plano se oyen los gritos de los pasajeros.
A las 10.35, cuando el avión aún se encontraba a 7.000 metros de altura, la grabación registró "ruidos metálicos fuertes contra la puerta de la cabina" como si ésta fuera golpeada.
Unos 90 segundos más tarde, a 5.000 metros de altura, se activó una nueva alarma, y se escucha al piloto gritar: "¡Abre la maldita puerta!".
Dos minutos después se escucha la respiración del copiloto, que no responde ante los llamados desesperados del piloto de la nave. Los últimos audios registrados corresponden a los gritos de los pasajeros, justo cuando se escucha que el ala del avión toca la montaña.
En total es una hora y media de grabación, durante la cual se escucha a las 10.27 y a 11.600 metros al piloto del avión pidiéndole a Lubitz que vaya preparando el aterrizaje a Düsseldorf, a lo que el copiloto de 27 años respondió entre otras palabras con un "ojalá" y un "vamos a ver".
problemas sicológicos
Por otra parte, el diario Le Parisien afirmó ayer que Lubitz sufría de un Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) para el que le habían recetado un medicamento neuroléptico o antipsicótico.
Los médicos que le trataron, según relata el diario francés, le habían administrado inyecciones de Olanzapina y le habían recomendado que practicara mucho deporte para recuperar la confianza en sí mismo.
El copiloto también sufría también al parecer de problemas de sueño, para el que se le había prescrito Agomelatina.
La Fiscalía de Düsseldorf informó el viernes el hallazgo en su casa de documentos médicos rotos "que apuntan a una enfermedad y su correspondiente tratamiento médico".