Basura y delincuencia angustian en Mirasol
Los estoicos y pacientes vecinos de la cada vez más crecida población de Mirasol, se encuentran también cada vez más agobiados por el alarmante incremento de la suciedad y de la delincuencia en ese vasto sector habitacional de Puerto Montt.
Los últimos reportajes realizados allí por nuestro Diario son elocuentes sobre la temática. Predominan las quejas por el desaseo provocado, mayoritariamente, por los propios residentes, que no utilizan como corresponde los depósito de las basuras, sobrecargándolos o arrojando todo clase desperdicios en derredor de ellos. Situación que se ha ido agravando, al punto del surgimiento de roedores que podrían convertirse en una plaga amenazante para la salud de la comunidad del lugar. A su vez, la empresa recolectora cumple con eficiencia su tarea diaria y se dispone de los contenedores necesarios. De manera que la falla está en los mismos vecinos, que no actúan responsable y correctamente en la evacuación de sus desechos domiciliarios, utilizando en buena forma el sistema de aseo urbano.
Frente a ésto, la única solución está en manos de los mismos pobladores, que deben contribuir a la limpieza de su barrio por propia iniciativa y con sentido de respeto hacia su entorno; como también es primordial el aporte de la autoridad intensificando una gran campaña -ojalá puerta a puerta- que eduque en este aspecto a las familias y así aprendan a amar, profundamente, no sólo a su población, sino también a la ciudad en su conjunto.
La delincuencia es la otra lacra muy preocupante que asuela a las familias de Mirasol, constantemente amenazadas por los robos y ataques de los antisociales. Las sucesivas acciones vandálicas en una sede social que aún no se inaugura y el reciente baleo a una persona, lo que recuerda otros trágicos hechos de sangre anteriores, revelan el alarmante estado de inseguridad que aflige a los mirasolinos. Y frente a lo cual, los vecinos no hacen más que clamar una mayor participación policial, incrementando de manera más consistente los patrullajes por las calles del barrio, y una reacción más instantánea ante las denuncias de hechos delictuales, según lo expuesto por los afectados a este matutino.
Los mirasolinos merecen ser escuchados.