El año legislativo fue intenso, qué duda cabe de aquello. Trabajamos arduamente para nuestro país, aprobando leyes que van a permitir enfrentar de manera seria y profunda la desigualdad. Y esto se grafica en que ha sido el año más productivo, en el ámbito legislativo, desde el retorno de la democracia, lo que expresa que existe convicción de los cambios que Chile necesita. De las 192 iniciativas presentadas en este periodo, 105 fueron aprobadas por el Congreso. De ese total, 75 ya son leyes publicadas en el Diario Oficial y 13 corresponden a acuerdos internacionales que también rigen. Además, existen 13 proyectos de ley con discusión terminada en espera de promulgación y publicación, y cuatro proyectos de acuerdo en las mismas condiciones .Así como hemos avanzado en distintas políticas sociales que permiten tener un país más justo y solidario, también hemos avanzado en los compromisos que la Presidenta Bachelet hizo en la campaña presidencial, terminando, por ejemplo, con el sistema binominal, convirtiendo al Congreso en una institución más representativa de la diversidad nacional y nos permitirá mejorar la democracia. Asimismo, aprobamos la reforma tributaria que significa traer al erario público del orden de 8 mil 300 millones de dólares, que permitirán financiar la salud y la educación que se requiere. Y porque pensamos en nuestros niños, es que buscamos avanzar hacia una educación plenamente inclusiva, y por ello aprobamos poner fin al lucro, al copago y a la selección en los colegios, terminando con los vicios que se generaban en torno a la educación, haciendo 'normal' algo que en todos los países desarrollados está casi fuera de la ley. No puedo dejar de mencionar la 'Ley Emilia' que sancionará con penas más altas y de cárcel efectiva a quienes, por conducir bajo los efectos del alcohol, maten a una persona. Asimismo, cumplimos con presentar el proyecto de ley 'Ricarte Soto', que permitirá dar un alivio a las familias que deben enfrentar dolorosas y caras enfermedades. Y qué decir de las leyes laborales. En sólo un año se promulgaron 13 leyes en favor de los trabajadores, y sólo dos en el gobierno de Piñera. El desafío es seguir cumpliendo con los compromisos que se establecieron en la campaña presidencial en la línea de seguir trabajando para dinamizar la economía, para la seguridad pública, por una salud y una educación pública y digna como se lo merecen todos los chilenos y por una política mucho más transparente y representativa, que esté a la altura de lo que Chile se merece.

Diputado de la República.

Todo lo que suceda en torno a Angelmó -el principal símbolo histórico-turístico de Puerto Montt-, desde luego, que interesa sobremanera a los puertomontinos e incluso a los forasteros visitantes. Como lo que se acaba de conocer sobre las deficitarias condiciones de higiene que afectan a la afamada caleta marítima, de acuerdo la fiscalización realizada el 20 de noviembre de 2014 por la autoridad sanitaria y cuyos pormenores recién este mes se dieron a conocer, causando lógica alarma y preocupación no sólo entre los locatarios, sino también en la comunidad misma, dada la clave importancia de este complejo patrimonial en el desarrollo del turismo regional.

Hablar de Puerto Montt es pensar en Angelmó y viceversa. Todo un arraigado emblema nuestro, que debiera impulsarnos a cuidarlo y mantenerlo en las más óptimas condiciones posibles, como la más preciada joya representativa que exhibir y compartir especialmente con quienes llegan a conocernos. Lo que significa dotar de las más óptimas condiciones y equipamiento de salubridad para tan solicitado centro de gastronomía y tradiciones marineras, así como de espacios de estacionamiento vehicular y otra implementación que garantice el más pleno bienestar y seguridad para la concurrencia. La misma que, históricamente, ha llegado hasta Puerto Montt sólo por conocer y disfrutar de los atributos de la afamada caleta -genuino bastión de productos del mar y de típicas costumbres insulares-, protegida por la imponente contextura de la cercana isla Tenglo.

Lo más preocupante, sin embargo, frente a este tardío informe, es que debieron pasar más de dos meses para conocer las críticas falencias actuales de Angelmó, entre las que se apuntan fuentes de contaminación por aguas servidas, vectores y desechos, entre otros. Valioso período que, inexplicablemente, se desperdició sin aportar la solución oportuna y urgente que tan delicada situación requería. Más todavía, si se tenía encima una nueva alta temporada de turismo, en la que el más solicitado siempre es Angelmó. Pero un Angelmó grato, resplandeciente y digno.

Si de veras queremos mejorar al paciente, no escondamos la enfermedad. Ataquémosla de raíz y ahora mismo.