El potente y escalonado crecimiento demográfico de Puerto Montt hacia sus altas terrazas, luego de sobrepasar sus estrechas planicies -por lo demás, una típica configuración portuaria desde el mar hacia las alturas-, ha sorprendido a contrapié y desequilibrados a importantes servicios urbanos, que han sido superados por una agigantada población que cada vez está más alejada, pero siempre demandante de asistencia. Es lo que le ha ocurrido a nuestro Cuerpo de Bomberos, al no desplazar -estratégicamente- sus instalaciones conforme al desarrollo periférico de este capital regional.
Sin embargo, la solidaria institución está a tiempo para emprender nuevos pasos correctivos sobre el tema, movidos sus voluntarios por la convicción de prestar su auxilio social de una forma cada vez más eficiente. Lo que significa que Bomberos esté hoy decididamente empeñado en reubicar adecuadamente a sus cuarteles, según los reales requerimientos de los puertomontinos extendidos en residencia por toda una ciudad que no cesa de expandirse a través de su elevada superficie.
Las estadísticas avalan este gran proyecto bomberil. En 2013, Bomberos de Puerto Montt debió acudir a 2.064 emergencias (1 mil 500 llamados), de las cuales el 73% ocurrió en el sector alto, desde Padre Hurtado hacia el norte. Y para lo cual, de las 9 compañías existentes, sólo tres están ubicadas en esa zona. Y según lo expuesto, hace poco, al Concejo Municipal, por el superintendente Martín Ercoreca von Bischoffshausen, la meta ahora es el traslado de cuarteles a los sectores altos de Bosquemar y Avenida Austral, respondiendo a la idea de emplazar -en justo equilibrio urbano- a las compañías en las áreas más pobladas y de mayores necesidades de protección.
Obviamente, que para lograr esos objetivos -que están destinados a optimizar la eficiencia bomberil en el combate de incendios y otras tragedias- es primordial disponer del respaldo de las autoridades y la colaboración ciudadana. Aportes público-privados, que son fundamentales para financiar el proyecto de reubicación de las compañías, de acuerdo a los imperativos de seguridad de una población cada vez más crecida y necesitada de protección.