Por mandato constitucional todos los Fiscales Regionales debemos dar cuenta pública de la gestión de la Fiscalía una vez al año. Se trata, ante todo, de un ejercicio de transparencia que, a su turno, permite dar a conocer a las autoridades de cada región y a la comunidad información relevante sobre el delito, la protección de víctimas y testigos y sobre los resultados del sistema procesal penal. Se trata de un ejercicio de cara a la comunidad, en el cual se informa sobre el aumento o disminución de las denuncias, cuáles son los delitos de mayor ocurrencia, de qué forma el sistema ha dado respuesta a las diferentes categorías delictuales, número de víctimas sujetas a protección, entre muchos otros aspectos. Pero más allá de las cifras y porcentajes, ésta es también la oportunidad en que se explicita a la sociedad la visión sobre el ejercicio de la función penal persecutoria, los logros, las dificultades y los desafíos institucionales. La persecución penal no agota el significado de la Fiscalía. Somos, ante todo, una institución pública al servicio de personas en el marco del proceso penal, y si bien representamos a la sociedad, nuestra vocación esta asociada a las víctimas. La tarea es, entonces, relevar esta faceta más humana y comprometida con las personas, para lo cual se hace indispensable que la Fiscalía se acerque a la comunidad. Por ello, sin que exista obligación legal alguna, por tercer año consecutivo en la Región de Los Lagos cada Fiscal Jefe de las doce Fiscalías Locales repartidas desde Osorno a Futaleufú, da cuenta pública de su gestión en cada localidad. Víctimas, vecinos, representantes de organizaciones y autoridades locales pueden así conocer directamente las estadísticas propias del lugar donde viven, las particularidades del cumplimiento de nuestra función en esa zona y los resultados alcanzados. Además, cada Fiscalía Local, entendiendo a la comunidad en la cual se inserta, ha dado su sello a esta actividad y ya no es sólo una ceremonia, sino que es un punto de encuentro y diálogo entre los diferentes actores. Así, por ejemplo, resulta emocionante escuchar al término de la cuenta de la Fiscalía Local de Quinchao cuando todos los presentes entonan el Himno de Chiloé.
La consolidación del sistema acusatorio, oral, público y transparente, como respuesta del Estado moderno y democrático de Derecho frente al delito y su legitimidad, dependen en gran medida de la forma e intensidad con la que los actores del mismo sistema nos relacionamos con la comunidad a la cual estamos llamados a servir.