Identidad local queamar y desarrollar
Qué mejores frutos son los que se pueden cristalizar en el alma de los pueblos, para que sus generaciones aprendan a amar con pasión -a través de sus patrimonios- el terruño que los cobija y lo impulsen así a la grandeza que merece.
En esa dirección convergen los talleres que ahora promueve la organización municipal de turismo, con el propósito de vigorizar la identidad histórica de Puerto Montt, cuyos símbolos son reconocidos -entre los que resaltan con nitidez Angelmó y Monte Verde-, pero que han estado algo desperdigados, frágilmente considerados y sin un apoyo abierto y determinante en cuanto a garantías de desarrollo en lo que atañe a preservación en el tiempo y equipamientos de acceso público.
El tema de Angelmó es algo histórico, porque, pese a los esfuerzos, este gran símbolo puertomontino no ha sido cuidado ni equipado como de verdad lo merece en su calidad de sello distintivo local y principal recurso turístico de la capital de la Región de Los Lagos. Son varias las remodelaciones que ha tenido la típica caleta porteña, sin lograrse una que sea integral y definitiva, que abarque la recuperación de sus tradiciones, su optimización higiénica, una rigurosa seguridad y facilidades de acceso para sus visitantes, incluyendo espacios de estacionamiento, entre otros recursos de calidad turística. Hoy, hay conciencia de ésto y se ha emprendido un nuevo proyecto en favor de Angelmó. En la primera semana de octubre próximo comenzarán los trabajos de reemplazo de la techumbre del mercado y mejoras en la evacuación de las aguas lluvias, para terminar con la grave problemática de las inundaciones. También, se considera un Plan Maestro, que incluye la optimización total de Angelmó, abarcando todo el entorno, desde el puerto mismo y el tradicional muelle de las papas, junto a los locales de artesanías. Proyecto que se espera licitar a fines de año, como lo apuntó en su oportunidad a este Diario el alcalde Gervoy Paredes.
Sobre Monte Verde, se espera un espaldarazo similar, que de una vez por todas lo rescate del marasmo y la desidia, valorizándolo como amerita su condición de tesoro arqueológico global develador de los orígenes en Puerto Montt del hombre americano.