Ataques en escalas:delincuencia latente
La inseguridad vuelve a rondar por las escaleras de Puerto Montt, sobre todo en aquella que hace conexión entre la calle Padre Harter y la población Manuel Montt, donde acaba de producirse un nuevo asalto a una joven alumna del Instituto La Araucana, quien habita en el sector de Senda Sur en esta ciudad.
Lo alarmante de esta repudiable e insoportable situación, es que se trata de un tercer atentado a mujeres que transitan por ese lugar, habiendo tenido el primero de estos cobardes ataques el trágico desenlace de la muerte de Paola Vega Quezada, docente de gastronomía en Incap. Días después, fue otra vecina la que debió sufrir la peligrosa acción del psicópata, pero que tuvo la fortuna de escapar. Y ahora, recientemente, el caso de la estudiante atacada por un individuo joven, rubio y de tez blanca, del cual consiguió escapar corriendo desesperadamente.
Cuatro meses después del primer atraco con asesinato de la víctima y de la posterior embestida a otra joven mujer, las investigaciones policiales han continuado realizándose, habiendo ya un imputado que se involucra en el primero de estos abominables y detestables hechos delictivos. Mientras que, por otro lado, no se ha asegurado el área de la fatídica escalera de la población Manuel Montt, mediante la limpieza de matorrales, iluminación nocturna y dotación al sector de suficientes cámaras de seguridad, que garanticen la identificación de quienes protagonizan estos criminales atentados a frágiles mujeres.
Igualmente y de modo justificado, los dirigentes vecinales de la zona afectada han reiterado a nuestro Diario su clamor de que haya más rondas policiales preventivas, así como también se intensifique la indagatoria para dar con él o los autores de estos ataques que tienen muy temerosa e intranquila a la población, que ahora concurre asustada a cumplir sus deberes cotidianos, especialmente cuando tiene para ello que ocupar las escaleras urbanas.
Es imperioso vigorizar el accionar preventivo policial, -en el combate a la delincuencia-, que periódicamente recrudece y surge aún más dañina. Y ante lo cual el Estado está llamado a garantizar la paz y la tranquilidad, el principal derecho ciudadano.