Ahora que se acercan las celebraciones patrias, todos quisiéramos ver a Puerto Montt maravillosamente reluciente hasta en sus más recónditos rincones. Pero, la realidad muestra otra cosa. Una ciudad que -no obstante su importancia estratégica y destino de grandeza- hasta los días de hoy no ha podido extirpar los 'lunares' urbanos que tanto la menoscaban, sobre todo turísticamente.
La lacra urbana que más negativamente impresiona, por su céntrica locación, la constituyen las ruinas del ex Hotel Colina y locales comerciales adjuntos que fueron destruidos por el incendió que los afectó hace un par de años, quedando el frágil cascarón de esa quemada infraestructura como chocante testimonio de esa tragedia. La consabida tramitación judicial ha dilatado la demolición de la dañada mole, que tanta preocupación causa en la comunidad, por lo riesgoso que resulta desplazarse por el concurrido lugar; así como también por el daño que ocasiona a la imagen turística de la capital regional, al ocupar los despojos del incendio uno de los principales paseos (Talca) peatonales del área comercial de Puerto Montt. Es de esperar que el despeje de los escombros se produzca antes de la llegada del verano, que es una etapa de importante incremento de visitantes.
El otro punto negro, que mucho desprestigia a la ciudad, al configurar injustificadas expresiones de descuido y negligencia, es el que presenta en la vía hacia Angelmó (el gran símbolo marítimo de Puerto Montt) el calamitoso y destartalado edificio que en otro tiempo fue un hotel, situado en plena avenida hacia la típica caleta, en la esquina del Pasaje Schwerter.
Y al llegar a Puerto Montt, a todo lo largo de la bajada Salvador Allende (ex Petorca), en uno de sus costados acompaña una gran mural, donde inspirados artistas pintaron señeros episodios de la historia local; pero que hoy se observan impresionantemente desteñidos y deteriorados. Una expresión de desidia que desacredita el buen nombre turístico y emprendedor de la capital de la Región de Los Lagos.
Hay más 'lunares' urbanos, pero, por ahora, la atención se concentra en los anotados; aunque lo que importa es iniciar el proceso de extirpación.