Madre pide ayuda para su hijo que sufrió graves quemaduras
TRISTEZA. Según la mujer, el niño tenía un año y medio cuando se le cayó agua hirviendo en el costado izquierdo de su cuerpo.
Jazhiel tiene 6 años de edad, es un niño tierno y juguetón. Su rostro lleno de inocencia se nubla cuando recuerda que los compañeros de curso lo molestan por las graves quemaduras que tiene en el brazo y pierna izquierda. No puede usar poleras sin mangas o pantalones cortos, porque evita mostrar las secuelas que tiene.
Su madre, Daniela Hernández, cada vez que recuerda ese terrible episodio de su vida se entristece y se culpa. 'Tenía un año siete meses cuando se quemó. Fue en agosto del 2009. Estaba la estufa a leña y en la orilla había una tetera de agua hirviendo. Él tomó la varilla que hay alrededor de la estufa y se dio vuelta el agua encima de él. De Hornopirén lo llevamos en ambulancia hasta el Hospital de Puerto Montt. Llegaron todos los doctores a ver lo que estaba pasando. Esto fue impactante para todos, porque fue una quemadura muy profunda en brazo y pierna. Faltó poco para atrofiarle el nervio', revela.
La afectada mujer dice que en ese momento 'estaba muy asustada y pensé lo peor. Lo sedaron y fue estabilizado. Después de algunas horas me dan el diagnóstico que fue lapidario. El médico Me dijo '. Me quise morir. De hecho al recordarlo me da mucha pena, porque uno como madre quisiera que eso no pasara nunca. Aunque sé que fue un accidente, igual me siento culpable, eso no se va a ir nunca hasta que le vea bien su brazo y pierna'.
Según Daniela, a lo menos su hijo ha tenido cuatro cirugías y la rehabilitación está a cargo de la Fundación Coaniquem. Asegura que las operaciones no han sido lo esperable, al igual que las curaciones. 'Lo que me aqueja es que mi hijo fue operado nuevamente en marzo de su brazo. Primero, interposición de injerto y después rescate del mismo, porque se perdió injerto en la parte de la muñeca por la negligencia de una persona de la Fundación de la cual estoy muy agradecida. La enfermera no quiso curarlo y le ordenó a una técnico paramédico que lo hiciera y ella haciendo lo que pudo ocasionó la pérdida del injerto', sentencia.
En las noches casi no duermo con su hijo, porque 'le duele el brazo y le pica hasta hacerse sangrar el brazo. No lo puedo llevar particular, porque no tengo los medios. Yo anhelo con todo mi corazón que aparezca un doctor o cirujano para arreglarle el brazo y no operarlo más. Toqué muchas puertas, incluso fui a la Municipalidad. Estoy desesperada y no sé que más hacer, sólo apeló a la gente que pueda ayudar con un granito de arena'.
Al enterarse del reclamo, la Fundación Coaniquem informó que el lunes entregará una respuesta oficial.