Hombre de hierro porteño dejó todo en dura prueba en Brasil
hazaña. Deportista de la empresa Los Fiordos vivió la experiencia más importante de su vida al completar la dura prueba realizada en Florianópolis.
Rodrigo Díaz Zamora se tardó 11 horas y 28 minutos en cumplir con el gran sueño de correr el Iron Man de Brasil, efectuado recientemente en la turística ciudad de Florianópolis.
Una experiencia que no olvidará jamás el ejecutivo de la empresa Los Fiordos, que se preparó durante tres años para competir en un a de las principales pruebas de triatlón en el mundo.
Rodrigo Díaz fue uno de los más de 2 mil deportistas que fueron parte el evento que consistió en las pruebas de 3.8 kilómetros de natación, seguido de 180 kilómetros de ciclismo y 42 kilómetros de corrida.
Pero la historia de este deportista, para lograr dicha hazaña personal, se remonta a abril del 2011, cuando la idea comienza a rondar su cabeza, pero a que su vez debió hacer frente a una serie de contratiempos. 'En abril de 2011 estuve imposibilitado de correr por una lesión sufrida tras la maratón de Santiago', contó. 'Para mantenerme activo comencé a hacer ciclismo (mountainbike) y a nadar en el lago Natri, cerca de Quellón. Casi sin darme cuenta las distancias y los tiempos que dedicaba a estas disciplinas fueron aumentando, así como también mi satisfacción al practicarlos', explica Díaz.
Relata que la primera vez que decidió a lanzarse en la aventura y practicar triatlón fue en Chiloé, pero con el objetivo siempre presente de llegar al Iron Man de Brasil y corrió dos veces el Iron Man de Hawai. Aquellas experiencias le sirvieron para continuar motivado en perseguir su sueño.
Por ello, el apoyo de su familia, amigos y compañeros fue fundamental para conseguirlo. 'Un Ironman no se corre solo. Sin ellos hubiese sido imposible mantener la motivación y el sueño intactos tras meses de duros y largos entrenamientos, levantadas de temprano y fines de semana sin acompañar a los míos', comenta. Los recuerdos de esa jornada todavía afloran en la retina del deportista. A las 7 en punto, con la playa repleta de gente y los primeros rayos de sol, sonó la sirena que dio por comenzada la competencia. 'En ese minuto empecé a vivir y disfrutar el día para el que me preparé por tanto tiempo', comentó. 'Gracias a una buena planificación de la carrera, y la confianza y tranquilidad que me dio mi preparación, pude completar cada etapa, sintiéndome además muy cómodo en ellas', agregó.
También reflexiona sobre el significado de alcanzar el objetivo trazado: 'La llegada a la meta no es más que el fin de un proceso y un reconocimiento a la dedicación, disciplina y esfuerzo. Como dice un viejo refrán deportivo: 'Las medallas se cuelgan en las competencias, pero se ganan en los entrenamientos y en el trabajo diario. Para mí, esta prueba fue un regalo de Dios´'.