SAG redestina dineros para combatir una plaga y una enfermedad
Conflicto. Parlamentarios UDI criticaron recorte para el sector.
Una polémica se generó entre los parlamentarios de oposición, especialmente de la UDI, con las autoridades regionales. Y es que los diputados Felipe De Mussy, Marisol Turres y Javier Hernández, además del senador Iván Moreira ,acusaron una merma de unos mil 806 millones de pesos destinados a la agricultura a través del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y que actual Gobierno denomina 'ajuste presupuestario'.
Los parlamentarios gremialistas acusan que 'es clásico que Hacienda nunca se pone con las emergencias y terminan desarmando programas. La primavera pasada fue seca y fría, eso significó que el forraje conservado, clave para enfrentar el invierno siguiente, disminuyó en cerca de un 30%', agregaron.
La seremi de Agricultura, Pamela Bertín, junto con reconocer esta situación, explica que no es sólo para la región, sino que para el resto del país en el SAG: 'Quiero dejar en claro que tenemos que resguardar el patrimonio fito y zoosanitario del país y de la región'.
Y por lo mismo, sostiene que hay que resguardar que no ingresen la lobesia botrana (peste de las arándanos) y el síndrome respiratorio y reproductivo del porcino. Y éstas platas se sacaron para erradicar y controlar estos dos problemas. Bertín acentúa que es peor que se deje esa plaga y enfermedad sin tratar, porque se corre el riesgo que ingrese a nuestra región.
Además, destaca que esos dineros se van a devolver en un plazo que está por definir.
Y es una forma rápida de destinar recursos para el combate de estas dos cosas. Y si no se trataran, el daño económico sería mucho mayor. Por ejemplo, tendría un efecto en las exportaciones, explican.
Los parlamentarios, en tanto, consideran se trata de una medida muy negativa, que dice relación con el perjuicio para unos mil agricultores de la zona con la disminución de producción de leche y por otro lado el sector ganadero se ha visto obligado a aumentar la descarga animal, afectando gravemente los precios a la baja, comprometiendo los ingresos de los ganaderos del sur de Chile (más del 50% de la carne proviene de pequeña agricultura).