La doble vía y losusuarios peatones
La doble vía a Pargua es una obra vial que bien puede considerarse monumental para nuestra zona, por su trascendente aporte a la seguridad y eficiencia en el transporte, tanto para el sector continental como el insular, a y desde el archipiélago de Chiloé, y su consiguiente indispensable contribución al desarrollo socioeconómico sureño.
Sin duda que es un sueño de muchos años que se hace realidad y el cual cobrará todo su esplendor cuando en algunos años más esté también funcionando el puente sobre el canal de Chacao. Lo que implicará una dinámica cada vez mayor en materia de conectividad y flujo de progreso en esta parte del territorio.
Sin embargo, como todo adelanto, la nueva ruta a Pargua está presentando algunas deficiencias que, por cierto, son susceptibles de enmienda y perfeccionamiento. La comunidad aledaña a esta carretera - sobre todo, aquella cercana a los centros educacionales- ha mostrado su preocupación por la carencia de pasos sobre nivel que posibiliten, -especialmente a los estudiantes-, un cruce con seguridad y sin riesgos a través de la flamante doble vía.
Urge, por lo tanto, responder al clamor de los usuarios de a pie de la remozada ruta, quienes anhelan una adecuada implementación en sus tramos, que sea garantía de protección para los muchos peatones que cotidianamente deben atravesar la ahora imponente carretera, cuya amplitud en anchor exige, desde luego, un mayor resguardo de los transeúntes que caminan hacia sus trabajos, van de compras, acuden a sus establecimientos educacionales o deben tomar movilización. Lo que, desde luego, implica -además de pasos sobre nivel- la habilitación de paraderos bien resguardados de las inclemencias meteorológicas, óptima señalización y demarcaciones, entre otros elementos de apoyo a la seguridad peatonal.
Algo similar inquieta también a los pobladores colindantes de la Avenida Presidente Ibáñez, quienes han reiterado la urgencia de la instalación de una pasarela en Salvador Allende, vía de acceso y salida de la ciudad.
No hay que olvidar que la modernización sólo se justifica en la medida que sirva a la gente.