Con sorpresa recibo la información de la gestión presupuestaria de recursos del Fondo nacional de Desarrollo Regional (FNDR). En el se constata un 98,2% de ejecución a nivel país, observándose que la Región de Los Lagos alcanzo sólo un 92,2%, la más baja de todas las regiones del país.- De los 65 mil millones disponibles nuestra Región materializó solo algo más de 60 mil millones, dejando cinco mil millones "sin ejecutar". Un volumen casi equivalente a la suma del 2% de Cultura y del 2% de Deporte. Una muy mala noticia. Digo "sorpresa" porque conozco a los profesionales que gestionan en la Región el FNDR y son de gran eficiencia.- Recuérdese solamente que en la ejecución del 2009, la cifra de materialización presupuestaria regional en Los Lagos fue del 99,9% y el monto de recursos fue superior a 86 mil millones en moneda equivalente.

Tenemos 21 millones menos de marco presupuestario y ejecutamos un 7% menos comparativamente. Hay aquí una tarea fundamental para la nueva Administración Regional. Volver a los montos antes señalados y tener una ejecución completa. No es fácil, porque requiere un acabado listado de proyectos, buenas licitaciones y un trabajo de monitoreo de ejecución de primer nivel. La comunicación del Ejecutivo Regional con el Consejo Regional es requisito para un avance adecuado, al mismo tiempo que disponer de una relación colaborativa con la Subdere a nivel nacional. A ellos se agrega la necesidad de tener "proyectos en lista de espera", especialmente aquellos que pueden sean de ejecución anual, y que aseguren que los criterios de distribución intraregional sean equilibradas. La Región de Los Lagos requiere de una inversión pública fuerte, tanto en lo propiamente regional como en la inversión ministerial.

En los hechos ambos "carriles de inversión" deben tener una complementariedad fuerte.- Tenemos todavía ingentes necesidades en todo nuestro variado territorio.- Por otra parte los Municipios, principales demandantes del FNDR, disponen de una cartera de proyectos que exceden en mucho los menguados recursos disponibles.. Es grave que además de menguado, se gasten con dificultad.

Una vez conocido el primer gabinete de este segundo gobierno de Michelle Bachelet, el paso siguiente tiene que ver con el nombramiento de los subsecretarios e intendentes. Cuestión que según se confirma desde el círculo cercano a la Mandataria, debiera ser entre martes y miércoles, porque los citará a todos a una reunión de trabajo para este jueves. En consecuencia, el margen que queda es estrecho, más aún si consideramos que la presente jornada estará marcada por la lectura del fallo de La Haya.

Así las cosas, a nivel local, crece la expectativa por quién será el nuevo intendente regional. Y más allá de las especulaciones y los naturales intereses de los partidos por poner a alguien de sus filas en el sillón del emblemático edificio, lo cierto es que fue la propia Presidenta electa, quien envío una clara señal de cuál será su actuar al respecto, al nombrar en los cargos de mayor relevancia del Gabinete y de mayor peso político, a tres de sus cercanos más que a viejos caciques de la política concertacionista; léase a Peñailillo, Arenas y Elizalde.

El mensaje en consecuencia, es claro: la que manda es ella y no los partidos; y definitivamente optará por caras nuevas, que refresquen la actividad, y no necesariamente caudillos locales para cada una de las intendencias.

Como sea, la Nueva Mayoría, la Presidenta y el propio Peñailillo, deben saber que para esta nueva etapa del país, se requiere gente con alta empatía ciudadana, capaz de escuchar las demandas de la población y saber resolver los problemas antes que se produzcan. Destrabar cualquier foco de conflicto. Ya no basta con técnicos preparados, ni con viejos políticos con aguda muñeca negociadora; sino más bien un perfil de liderazgo distinto, con más habilidades blandas, tal cual ocurre hoy en las empresas.

No será fácil gobernar ahora. Las expectativas son altas y la ciudadanía está cada vez más empoderada en sus derechos, y aquellas consideraciones deben ser tenidas a la vista por Bachelet al momento de nombrar a la futura autoridad de Los Lagos.