El profesor
"Es prioritario que las autoridades involucradas y expertos analicen a fondo la impasse surgida y de consuno resuelvan la solución más favorable para los habitantes locales""Puerto Montt tuvo su Escuela Normal en alguna década del siglo XX, pero se fue a Ancud"
Una de las profesiones más hermosas y digna es la del profesor. Ese preceptor del S. XIX, que se iniciaba bajo la tutela de escuelas fiscales municipales, particulares gratuitas de curas y de monjas, donde acudí; hijos de trabajadores agrícolas que más de algún patrón de fundo ayudó a sostener con interés, atención y sinceridad, pero que a otros les causaba ira, como aquel parlamentario que habría dicho que el rotaje, el campesinado, no necesitaban escuelas porque su destino era ser un gañán (cuando el Presidente Balmaceda creaba escuelas). Ese profesor que se esmeraba en atender a sus alumnos, que estudiaba en las Escuelas Normalistas que se seguían abriendo. Ese profesor de las escuelitas y de los liceos, que eran estimados por sus alumnos y les empezaron a decir maestros.
Puerto Montt tuvo su Escuela Normal en alguna década inicial del s. XX y que pronto fue llevada a Ancud, donde siguió siendo un faro educacional sureño.
Esas escuelas entregaron excelentes maestros, que con una mística natural se iniciaban en los campos lejanos, aislados, en una misión noble de enseñar para el progreso de la patria. Los maestros de los liceos, titulados en Institutos Pedagógicos de las universidades. Y con años, profesor de enseñanza básica con títulos también de las universidades.
¡Parece que eran otros tiempos! Y los otros grupos que han dado agilidad, dignidad, dominio, egresados de Institutos o Universidades, con magnificencia, pero que por algún motivo no se titularon, pero sirviendo con gran vocación potencial y real; o los otros, sin estudios formales, haciendo cursos y estudios posteriores, siendo buenos maestros.
Pero en fechas como esta del Día del Profesor, ¿qué pasa con los recién egresados, ante los nuevos vientos casi tempestuosos de sus quehaceres apretados, con las relativas exigencias?
¿Cómo es la relación entre profesores, alumnos, padres y apoderados y jefes?
Pregunta inquietante, por los cambios de los tiempos, con una sociedad nacional alterada, alocada, permisiva, dañina. Los niños y los jóvenes, casi en su mayoría, no llegan con la suave decencia desde sus casas, no con las inquietudes propias y normal, sino con algunas de las manifestaciones de las violencia que maltrata al ser humano, teniendo razón o sin ella; avalando entre ellos mismos alguna acción injusta o de soberbia.