Energía: la hora de las decisiones
Un panel de expertos entrega un informe lapidario respecto de la generación y los valores de la energía.
Se vienen tiempos de grandes definiciones, las que -a juicio de buen lector- han sido postergadas justificadamente o no. Una de ellas, que despierta una fortísima polémica entre sectores productivos, políticos y grupos ambientalistas, está referida al tema energético, algunos de cuyos desencuentros se han dado en Los Lagos a raíz de la posible instalación de centrales hidroeléctricas de pasada.
Acaba de realizarse una jornada de análisis en la Confederación de la Producción y el Comercio con la presencia de cuatro expertos y analistas (Sebastián Bernstein, Gabriel Bitrán, Alejandro Jadresic y Marcelo Tokman), los que concluyeron con un informe lapidario respecto de las potenciales pretensiones de Chile de disponer de un suministro eléctrico competitivo y que apoye el crecimiento.
Esta cuestión transversaliza la sociedad y ya no es patrimonio de partidarios y detractores; es la población en su conjunto la que debe enfrentar los altos costos de la energía eléctrica, asunto doméstico de suma importancia para los sectores vulnerables.
Los expertos han concluido que si no se logra hacer las centrales ni hidroeléctricas ni a carbón ni a gas, o Ernc, y sólo las diésel, se va a parar la economía, pudiendo duplicarse el costo de la energía; muchas industrias podrían cerrar y la gente perder su trabajo. El aporte de las energías renovables no convencionales -de cumplirse la meta de aportar a la matriz el 20% al 2025-, convenientes y amistosas, sería del todo insuficiente y habrá que tomar aleatoriamente otras decisiones para sumar, entre 2020 y 2030, unos 1.200 MW de potencia instalada.
Se ha señalado que los costos eléctricos han subido un 50% por no usar centrales hídricas y a carbón. Aunque se concretaran los proyectos patagónicos serán necesarias algunas centrales hidráulicas de la zona central y sur, y con algunas plantas a carbón.
Por cierto habrá otras opiniones que entreguen antecedentes en contrario. De cualquier modo, el país debe prepararse para tomar las decisiones finales y de largo plazo.